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CCF: Cinismo Club de Fútbol. La historia de un fracaso en la temporada 22/23.

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  Desde un enclave único como el Mirador de Las Ermitas de Córdoba — también denominado "Balcón del Mundo" — situado a los pies del Sagrado Corazón de Las Ermitas, daba comienzo mediante la tradicional foto oficial, la lucha por volver al fútbol profesional y la ilusionante temporada 2022/2023. No sin antes tener presente el acto precedente relativo a la presentación de las equipaciones oficiales, las cuales ya vaticinaban el desenlace final de la temporada —en blanco — y perpetraban el primer ultraje hacia la seña de identidad de toda una entidad.   I. La "Blanqui-Blanqui" .                                    Con el pretexto de "emular" el ascenso del 99', el club decide trasladar a la primera equipación de la presente campaña el diseño de la camiseta alternativa de la temporada 98/99. Por lo tanto, el equipo blanquiverde se dispuso a jugar con u...

Antonio Casas, el niño que todos queríamos ser.

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      Natural de La Rambla, de nombre Antonio y de apellido Casas . De posición delantero centro y presente cada quince días en la boca de cada aficionado que corea su nombre y ve en él el reflejo de lo que es este Córdoba CF: ambición, trabajo y juventud. Y es que, con un registro goleador cada 52 minutos , solo queda pensar que el gol tiene casi nombre propio y apellido en este equipo que, sorprendentemente, no es el caso. Así pues, como era de esperar, el rambleño no desperdició una nueva oportunidad dada por Germán Crespo y desde la titularidad (merecida) formando punta de ataque con Willy, anotó el definitivo segundo gol frente al Antequera. Además de la ambición, teniendo en mente que todo lo que no sea el ascenso constituye un fracaso, y ese trabajo incansable que denota el jugador con el 20 a la espalda, cabe destacar la valentía con la que afronta el partido, la cual va directamente de la mano de los planteamientos y la idea de juego desplegada y de la que ...

España y su idilio con el balón: el eterno retorno hacia el triunfo.

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Aún conservo el preciado Jabulani en un rincón de mi habitación. El nombre del balón con el que ganamos el Mundial de Sudáfrica en el año 2010 fue elegido como tributo a Johannesburgo o la “Ciudad de Oro”. Valga la redundancia para recordar la época dorada del fútbol español, en la que tuvimos la suerte de contemplar la difícilmente igualable proeza de uno los mejores equipos de todos los tiempos: la consecución de dos Eurocopas y un Mundial , el primero en nuestra historia. Y jugando con él, con el balón. Y es que, como bien dice mi estimado Toni Cruz, el título en el palmarés, es eterno. No lograrlo ayer conduce a una inexorable frustración y, por ende, a la lágrima. Ello muestra lo difícil que es lograr la victoria por lo que reitero de nuevo la fortuna de nuestra coetaneidad con la época triunfante. Pese a ello y con la pena que aún siento escribiendo estas líneas, muestro mi orgullo por este grupo humano que ha representado a nuestro país dando todo lo que tiene. Y, aunque...